Durante la Cuaresma, de un modo más insistente que en cualquier otro tiempo del año, escuchamos la invitación de Jesús: “Conviértete”. Hablar de “conversión”, ordinariamente, no produce en nosotros mucha emoción ni un gran entusiasmo. Pero si Dios nos invita a hacerlo, es porque algo muy grande se esconde en el cambio de vida para mejor que expresamos con la palabra “conversión”.
Aquí en la parroquia de Guadalupe hemos centrado nuestra conversión en superar aspectos de nuestra vida que parecen más propios de una persona que no cree en la existencia de Dios, en un ateo, que en un católico, discípulo de Jesús. Como creyentes, todos profesamos nuestra fe en la existencia de Dios, pero también sufrimos de la duda de que ese Dios realmente sea capaz de amarme a mí, con mi historia y mis errores.
Jesús nos ha revelado un Padre que quiere construir una relación personal con nosotros, pero nos cuesta creer en que de verdad la oración nos permita comunicarnos con El y experimentar su poder en nuestra vida. Dios Padre nos insiste todo el tiempo en que es bueno y misericordioso, pero creemos más en que nuestros pecados son tan feos y tan malos que, de verdad, ni El puede perdonarnos.
Nuestra fe, muchos de nosotros, la hemos aprendido de nuestra familia, en la escuela o en la catequesis. Y, gracias a Dios, incluso sabemos muchas cosas SOBRE Dios, pero no se nos dijo que el catolicismo no consiste únicamente en conocer cosas sobre Dios, o mandamientos, tradiciones y comportamientos, sino que primero y sobre todo es una relación personal con Dios. En esta Cuaresma hemos querido reconocer que nos falta mucho en esta relación personal con Dios y nos hemos propuesto pedirle a Dios cada día que nos ayude a conocerle más, abriéndole más espacio en nuestro corazón con un momento de silencio y oración en nuestro día.
En el último fin de semana de la Cuaresma, Dios nos abre los ojos a una parte fundamental de nuestra fe: siempre podemos cambiar. Dios quiere hacer siempre nuevas todas las cosas, y eso nos incluye a nosotros.
Si no has podido acompañarnos durante estas semanas en las celebraciones de Cuaresma, o quieres escuchar nuevamente las homilías de este tiempo, te invitamos a hacerlo en el área de homilías de nuestra página.
¡Que Dios nos regale a todos las gracias que más necesitamos para llegar a la conversión que El quiere para nosotros! Sigamos pidiendo mucho los unos por los otros.
Con oraciones, P. Francisco