Ante las tristes noticias de la suspensión de las Misas y reuniones de la iglesia hasta nuevo aviso, debido a la propagación del COVID – 19, nuestra comunidad parroquial quiere vivir esta Cuaresma con el corazón lleno de fe.
Es verdad, no es algo que queremos ni que sentimos que se merezca. Pero es la realidad que hoy vivimos y, con la ayuda del Señor, queremos como comunidad sacar lo mejor de estas circunstancias, confiando en que el Señor nos enseñará a sacar bien del mal.
Como creyentes, queremos respetar y seguir las indicaciones de la autoridad civil. No sólo eso, queremos dar ejemplo y cumplirlos de la mejor manera posible. San Pablo en su carta a los Romanos nos enseña que así debemos hacerlo: “Cada uno en esta vida debe someterse a las autoridades. Pues no hay autoridad que no venga de Dios, y los cargos públicos existen por voluntad de Dios. Por lo tanto, el que se opone a la autoridad se rebela contra un decreto de Dios, y tendrá que responder por esa rebeldía.”
Solamente el Señor sabe qué es lo que podemos aprender y cómo este período nos permitirá ser mejores discípulos. Confiamos en su amor misericordioso y fiel, en su poder salvador para quien todo es posible. Queremos crecer en el amor y aprender un estilo de vida más sencillo, donde podamos estar en familia, compartir todo y necesitar menos.
Confiamos al Señor a todos los enfermos y a los profesionales que los cuidan y curan. Pedimos al Señor sabiduría y prudencia para cada uno de nosotros, para que al final de este período, con su gracia, seamos mejores discípulos, mejores creyentes y mejores humanos.
Confiamos en la fidelidad de Jesús que nos dijo: “Yo estaré con Ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. (Mt 28,20)